Almería,
María de Mar después de su jornada laboral fue a su casa rápidamente, cogió
su mochila y se encamino hacia uno de sus lugares favoritos de Almería
Era el parque, un parque que llevaba muchas generaciones allí.
Un parque que había visto a sus padres crecer, a sus abuelos jugar. Se acercó y entre los matorrales estaban ocho cabecitas peluditas. Se acercaron a ella como bolitas, rodando. Los contó, 1,2,3,4,5,6,7,8, faltaban cuatro. Los llamó. Manchitas, Luna, Niva y Triki no estaban.
Siguió llamándoles mientras les iba poniendo agua y pienso.
Minis¡¡ Minis¡¡¡
Un vecino se acercó con la cara angustiada.
Se los han llevado. Lo siento. No hemos podido hacer nada. Vino un hombre
con una jaula y se los llevó.
Aquí
empieza el peregrinaje para salvar los
gatitos capturados , a los que daba de comer, acariciaba, desparasitaba y
trataba cuando estaban enfermos como si fuesen animales de compañía ,formando
parte del paisaje del barrio.
María
del Mar empieza a indagar sobre qué
podía suceder con esos gatitos, de repente choca con una realidad difícil de
asumir, esos gatos controlados por vecinos del barrio acabaron en una jaula sin
testar con otros gatos enfermos, dejándose morir , capturados de otros barrios
de la ciudad que pasarán a ser sacrificados para dejar huecos a otros y así
seguir con la cadena de exterminio como si fuese objetos que pasan por una línea de caja de
supermecado hacia su destina final.
Ante
esto, intenta contactar con la administración de su municipio para proponer un
sistema CES (captura , esterilización y suelta) como único sistema eficaz y ético instaurado en muchísimos lugares de España y Europa. La
respuesta por parte de la administración fue la derivación de responsabilidades,
alegaciones de salud pública y demás argumentos carente de sentido biológico y
jurídico.
La
situación de grave se convierte en extrema y la esperanza se torna en
indignación pero nunca en rendición.
María
del Mar, empieza a pedir ayuda a vecinos, particulares, asociaciones, como un engranaje destinado a conseguir un objetivo
que es salvar a los gatos del barrio.
Conoce
de primera mano que ese sistema (CES) fue presentando como propuesta en mayo
del presente año ,que obtuvo el respaldo de 13.000 firmas, se entera que hay un
movimiento ciudadano detrás para conseguir lo que en otras ciudades como Roma e
incluso Paris ya está instaurado, ciudades como Barcelona, Vitoria, Ceuta,
Alicante, Zaragoza han consolidado la
aplicación de dicho sistema , pero lo realmente abrumador fue conocer que a tan
solo 200 km de Almería , en esa semana fatídica , Málaga adquiere el compromiso
de esterilizar y controlar las diferentes colonias de su localidad.
Ante
el estupor de ver que este sistema ya presentado, el cual obtuvo el silencio atronador por parte del
Consistorio como respuesta, condenando a los gatos del municipio a muerte, dicho estupor iba aumentando a medida
que iba conociendo cual es la política de protección de la localidad, se entera
que no solo los gatos son lo únicos animales maltratos por la administración sino que de modo
ordenanza y bajo el bastón de mando municipal los mal llamados perros
potencialmente peligrosos no tienen ni la posibilidad de ser adoptados (aunque
se tenga los requisitos legales para ellos), sean cachorros o adultos,
sociables y buenos , aptos para vivir en familia, convirtiéndonos en una de las
dos capitales de provincia donde ocurre este hecho deleznable.
Todo
lo anterior provoca en María del Mar un reacción de tristeza y de decepción pero
también de esperanza al ver que se siente arropada y apoyada por almerienses
que entiende su situación y sentimientos, que apoyan
de modo incondicional su lucha, que la sociedad almeriense tiene una altura de
miras que no es correspondida por sus políticos municipales.
Ahora
el objetivo inicial, que era salvar los gatos del barrio se ha convertido en
salvar y proteger a los animales de Almería y que esta ciudad maravillosa se
convierta en una ciudad PET FRIENDLY propia del S. XXI.
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