ANEXOS
saciones universales fácilmente reconocibles en el Reino Animal. Las lesiones provocadas por las armas de
tortura durante la lidia, y sus consecuencias para el animal, son las mismas en todas las plazas de toros.
Las sogas y el fuego en sus cornamentas, las lanzas, las carreras, las burlas y los cites, también les hacen
sufrir. Todos los festejos con animales son crueles, sean o no cruentos. El maltrato no puede justificarse en
función de los años de tradición, y en nombre de la cultura; la neurofisiología no entiende de antigüedad;
ha sido siempre la misma a lo largo de los siglos. No existe posibilidad de erradicar cualquier vestigio de
maltrato en los festejos populares si no son éstos los que son erradicados. Es la única manera de garanti- zar un mínimo de protección y bienestar animal, si es eso lo que se pretende.
En el próximo mandato parlamentario el objetivo debe ser crear un marco legislativo básico, que no puede
ser otro que aquel que acabe con todos y cada uno de los espectáculos en los que hay maltrato animal. Y
ustedes se preguntarán: ¿Hay festejos en los que se utilizan animales que no supongan daños para ellos?
¿Se pueden aunar bienestar animal y tradición? En opinión de los veterinarios de AVATMA, y haciendo uso
de los principios científicos más básicos, no; porque maltratarlos es hacerles sufrir, es anular sus derechos,
o si prefieren sus libertades, es atentar contra sus necesidades etológicas de forma innecesaria.
He repasado las comparecencias de los representantes de los diferentes grupos parlamentarios durante el
debate de la proposición no de ley mencionada anteriormente, la de noviembre de 2014, y lo sorprendente
es que prácticamente todos estaban de acuerdo. De acuerdo, siempre y cuando fueran sus competencias
las que acaben con el asunto que nos ocupa. ¡Pues háganlo! Deseamos que el próximo marco legislativo fa- cilite los acuerdos que desde el movimiento por los derechos de los animales se reivindican, que no deben
ser otros que acabar con este esperpento, en el que también mueren seres humanos.
La tauromaquia está considerada como Patrimonio Cultural de España, y no Bien de Interés Cultural, como
se pretendía. El texto que se presentó, en forma de ILP, quedó en nada después de demostrarse, durante las
comparecencias ante la Comisión de Cultura, que su contenido carecía de veracidad. Les recuerdo que re- cientemente Francia ha eliminado de su Inventario de Patrimonio Cultural las prácticas taurinas que, según
nos contaron, incluyó en ese registro en 2011. Esta actividad, en España, es competencia del Ministerio de
Cultura, pero esto no blinda la posibilidad de que, como se afirmó desde el Grupo Mixto, el Congreso puede
tramitar una ley en la que se niegue cualquier tipo de subvención a festejos en los que se produzcan situa- ciones de maltrato animal, y que se deje de subvencionar, de forma directa o indirecta, la crianza de anima- les que son víctimas en los mismos. También, desde el Grupo Parlamentario Vasco, se afirmó que el objeti- vo es el fin del maltrato, se dé donde se dé, aunque no sé yo si la vuelta de las corridas de toros a San
Sebastián será la manera de conseguirlo. Desde el Grupo de CIU se dijo: "Nadie puede provocar sufrimien- to o maltrato a los animales o causarles estados de ansiedad o miedo". Desde el Grupo de la Izquierda Plu- ral se dijo: "Señorías, amparados en la tradición, en este país se torturan y matan animales en nuestras
fiestas patronales, y además ocurre en los 4 puntos cardinales del Estado".
Queremos animales que vivan libres de hambre, de sed; libres de temor y de angustia, libres de molestias fí-
sicas y térmicas, libres de dolor, de lesión, y de enfermedad, libres de burlas, y libres de manifestar su com- portamiento natural, y esto es incompatible con su utilización en los diferentes tipos de festejos populares,
que se repitieron 15.848 veces a lo largo y ancho de nuestra geografía durante 2014, en los que fueron uti- lizados bovinos de lidia, a los que hay que sumar los 1.868 festejos taurinos en plaza. Todos, en su conjun- to, provocaron la muerte por diversión de miles de ellos, sin olvidarnos de todos aquellos pertenecientes a
otras especies que también sufrieron, fueron maltratados e incluso en ocasiones murieron por tradición.
Proponemos: "la prohibición de cualquier festejo o espectáculo público en que los animales sean someti- dos a situaciones que impidan su bienestar, es decir, todas aquellas que les generen alteraciones orgánicas
de tipo físico o emocional, como son el estrés crónico o no adaptativo, el agotamiento, el dolor, el miedo, la
angustia e incluso la muerte".
Lo habrán oído muchas veces, pero lo repito: "No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llega- do su tiempo". La idea, el fin de los festejos en los que se abusa de los animales, el tiempo, éste. No lo de- jen pasar. Legislen cuando les corresponda para que sea posible. Muchas gracias.
José Enrique Zaldívar (AVATMA)